Sanciones por no pasar la ITE

Ser sancionado es una de las sensaciones más desagradables que existe, aparte de que resulta muy molesto. La situación se agrava si conocemos con anticipación los efectos de determinado asunto y no hacemos nada al respecto.

Después de inspeccionar cierta edificación, nuestros profesionales emiten un dictamen, que puede ser favorable o desfavorable.

En caso de que aparezca alguna deficiencia estructural, el informe técnico señala las obras a realizar. 

Los miembros de la comunidad son los encargados de accionar todas las medidas necesarias para subsanarla, de lo contrario están sujetos a algunas de las sanciones que te indicamos aquí.

Importancia de conocer las principales sanciones

El desconocimiento de una regulación gubernamental no nos exonera de las consecuencias si la incumplimos, por eso hay que dedicar tiempo para estudiar todos los aspectos legales.

Es muy importante saber qué edificios deben pasar la ite, a fin de evitar las duras cartas de aviso, en las que se explica el proceso de inspección y las sanciones previstas por no acatar las disposiciones fijadas en el Decreto 67/2015 de la Ley del derecho de la vivienda.

Consecuencias por incumplimiento

La demora en la práctica de la inspección también acarrea multas coercitivas, y en el extremo de los casos, la orden obligatoria de presentar el acta, así sea por vía de ejecución subsidiaria.

Ahora bien, si el resultado de la ITE avisa que es necesario ejecutar obras específicas para que la propiedad se considere habitable, los propietarios tienen la responsabilidad de organizarse.

Algunos han creado fondos comunitarios para reunir los recursos y llevar a cabo los trabajos de mejoras o rehabilitación, ya que disponen de un plazo estimado de 2 años, según la magnitud de la irregularidad.  

Si al término de este tiempo, la edificación no ha sido restaurada a condiciones operativas para la habitabilidad, y se produce algún tipo de incidente que afecta a las personas o sus bienes, entonces la aplicación de las multas entra en vigor, cuyas cifras oscilan entre 9.000 y 90.000 euros.

Cuando hablamos de daños a terceros, puede tratarse de algún transeúnte que circule cerca de las instalaciones defectuosas y que, por ejemplo, casualmente sea víctima de algún impacto motivado porque alguna parte de la estructura se haya desprendido y ocasione lesiones.

Mejor prevenir que lamentar

En casos muy extremos, cuando el estado de la estructura es tan deplorable que representa un riesgo de vida o muerte para los ocupantes de la propiedad, la decisión será el desalojo inmediato.

Estamos cualificados para evitar muchos dolores de cabeza y gestionar la cédula de habitabilidad. Recordemos que toda edificación residencial que tenga más de 45 años debe ser sometida a la Inspección Técnica de Edificios sin discusión.

Mantener en buenas condiciones un inmueble, es un trabajo compartido. Sin embargo, existen factores ambientales o desgastes propios de los materiales que no son perceptibles a simple vista, y que crean condiciones inseguras.

Ninguno de nosotros queremos vivir en un lugar que suponga importantes riesgos para la vida. La ITE es el mejor mecanismo de prevención que nos permite identificar los fallos y fomentar el mantenimiento preventivo.